Tzacualli Tonatiuh - La Pirámide del Sol -

23 de Noviembre 2020-11-23

Por Karloz Miranda Yaoehecatl



Sobre una cueva sagrada con forma de flor de cuatro pétalos fue construida la Pirámide del Sol, llamada por los mexicas como Tonatiuh Itzacual lo cual significa: Encierro del Sol. Con sus 65 metros de altura y 225 metros por lado, la edificación solar es una de las más grandes del área mesoamericana y se alza majestuosa e imponente precisamente hacia el rumbo donde nace el sol, el oriente, o mejor dicho, el Tlahuiztlampa –El rumbo de la luz–.

Al parecer la Tzacualli Tonatiuh tuvo en su cima un Teocalli (Templo) el cual fue destruido. Existen dos versiones sobre la desaparición del Teocalli que coronaba la cúspide de la Pirámide del Sol. Una es que en la propia época teotihuacana cuando la ciudad fue invadida y quemada, sus enemigos lo destruyeron. La segunda, habría sido accidentalmente destruido en los inicios de la arqueología mexicana, ya que se usaba pólvora en aquellos primeros métodos de excavación, por lo que, al tratar de remover los cúmulos de tierra que cubrían la pirámide con explosiones de dinamita, el arqueólogo encargado de desenterrar la antigua ciudad, Leopoldo Batres, no calculo bien la cantidad de dinamita a utilizar y destruyó una gran porción de la parte superior de la pirámide. De hecho, esa última parte de la pirámide, el cuarto cuerpo como le llaman los arqueólogos, tuvo que ser “redefinido” o “remodelado” ­–dado que la explosión lo afectó– dividiéndolo en dos, quedando así modificada y restaurada la pirámide en un total de cinco cuerpos superpuestos, cuando originalmente eran cuatro cuerpos solamente. Por cierto, fue el entonces presidente de la República Mexicana, Porfirio Díaz, quien le pidió a Leopoldo Batres que apresurará los trabajos arqueológicos –el desenterramiento de las pirámides–, y restauración de la ciudad sagrada de Teotihuacan, pues la quería lista para celebrar los 100 años del movimiento insurgente de la Independencia de México, y así poder presumirla ante embajadores y visitantes extranjeros. Las “prisas” y la presión sobre Batres por parte de la presidencia hicieron que los trabajos en la zona no se realizaran acertada y adecuadamente. Como consecuencia, el templo que coronaba la cúspide de la Pirámide del Sol habría sido destruido por un grave error humano, y la parte alta de la pirámide, también destruida, llevaría a restaurarla y reconstruirla en dos partes. Los azares del destino histórico son inciertos e irónicos, los dioses teotihuacanos habrían de cobrarse caro la afrenta contra “Don Porfis” por modificar la Pirámide del Sol y por querer usar la antigua ciudad sagrada como un objeto de presunción para sus “celebraciones”. Al año siguiente, en 1911,  Porfirio Díaz era exiliado, desterrado, del territorio mexicano.

Cabe mencionar que el uso de la dinamita por el arqueólogo mexicano don Leopoldo Batres sigue siendo un tema polémico entre los especialistas. Algunos mencionan que si usó dinamita, otros dicen que no. No existe una forma segura de corroborar si usó o no este “método” de la arqueología primitiva como lo hizo Auguste LePlongeon en 1881 en Uxmal. Sin embargo, si no usó dinamita ¿cómo fue que destruyó el cuarto cuerpo de la pirámide, y por qué tuvo que reconstruirlo en dos?

La Tzacualli Tonatiuh fue construida, se menciona, en una sola etapa (Fase Tzacualli 1-150 d.C.) a diferencia de otras edificaciones, como la Pirámide de la Luna que fue construida en siete etapas. Es decir, la Pirámide del Sol se construyó “de un solo jalón” como diríamos coloquialmente, “jalón” que duró, por cierto, 100 años aproximadamente. Así, en un solo proceso de construcción, la Pirámide del Sol obtuvo las dimensiones que vemos actualmente. Una última propuesta de investigación indica que la pirámide fue construida alrededor del año 240 d.C. (Fase Tlamimilolpa 200-400 d.C.), lo que indicaría que fue construida en la misma época en que se edificó la Pirámide de Quetzalcoatl y la cuarta etapa de la Pirámide de la Luna; esta última propuesta coincide en que la edificación solar fue construida en una sola etapa. Lo que es de llamar la atención es que, si la Pirámide del Sol fue construida en la fase Tlamimilolpa, entonces la Pirámide de la Luna se construyó primero y es más antigua que la del Sol, pues la edificación lunar se encontraba en su cuarta etapa de construcción cuando la solar apenas se estaba edificando. Primero la luna, después el sol; primero la noche, después el día, primero la obscuridad, después la luz. Interesante.

La Pirámide del Sol no esta hecha de bloques como la pirámide de Keops en Egipto, lo cual parece todavía más sorprendente porque sólo es tierra apilada, “apretujada” con diferentes materiales, y porque a ese montículo apilado de tierra (que no se ha caído ni derrumbado y ha resistido innumerables temblores) dieron una perfección en sus trazos y sus líneas con ángulos increíbles de observar. La construcción teotihuacana se encuentra hecha principalmente de diversas capas de tierra, tepetate mezclado con piedras, cerámica, fragmentos de carbón y el estuco que la recubría. De esta manera, la Pirámide del Sol fue construida originalmente en cuatro grandes cuerpos superpuestos o plataformas escalonadas, sin embargo, el ultimo cuerpo de tierra fue dividido en dos, como ya se ha indicado.

Se menciona que el número total de escalones de la pirámide eran de 260, 52 por cada sol o era de la humanidad, y como estamos en el Quinto Sol (quinta era de la humanidad), entonces son 52 escalones por cinco soles lo que da como resultado 260. Interesante cifra que se asocia inmediatamente al Tonalpohualli, la cuenta ritual, la cuenta de los destinos, cuyo calendario era de 260 días. Actualmente, la Pirámide del Sol cuenta con 246 escalones (contados uno por uno, uf!).

La construcción solar se encuentra alineada hacia el rumbo oriente, el lugar por donde nace el sol, el Tlahuiztlampa, indicando con ello su asociación con Tonatiuh, el astro rey. En el ocaso, el sol se oculta exactamente frente a la fachada principal de la pirámide, en el lado poniente de la misma. Esta alineación de la pirámide con los rumbos oriente y poniente hacen suponer que la construcción este dedicada al sol, sin embargo, algunos investigadores del tema han propuesto que la Tzacualli Tonatiuh es en realidad una representación de la Montaña Sagrada, contenedora de agua, y por ende asociada a Tlaloc, lo cual parece corroborarse con el descubrimiento de ofrendas y entierros humanos, algunos de ellos de niños, ­práctica asociada al Señor de la lluvia y de las montañas. Leopoldo Batres, el arqueólogo que exploró la Pirámide del Sol a principios del siglo XX, reportó el hallazgo de restos óseos de infantes localizados en cada esquina de los cuatro cuerpos superpuestos del edificio.

No obstante, también se ha encontrado en la Tzacualli Tonatiuh una escultura de Huehueteotl, divinidad asociada al fuego. El hallazgo de la antigua divinidad así como un brasero y algunos elementos escultóricos asociados a la ceremonia del Fuego Nuevo, fueron encontrados en la parte alta de la pirámide, en la cúspide, lo cual indicaría, según los especialistas del tema, que la Pirámide del Sol también pudo haber estado asociada a rituales vinculados con el Señor del Fuego. Para los arqueólogos, el sentido de la Pirámide del Sol no cambia con este nuevo hallazgo, la edificación solar estaría dedicada a Tlaloc (según como ellos lo interpretan actualmente), y cada vez que coincidían los calendarios del año solar y del ritual, cada 52 años, entonces se llevaba a cabo la ceremonia del Fuego Nuevo en el Teocalli que se encontraba en la cumbre de la pirámide. Por cierto, sigue siendo un misterio, una incógnita, de cómo habría sido el Teocalli que coronaba la cúspide de la Pirámide del Sol.

¿Y por qué pensar en que la Pirámide del Sol tendría que estar asociada solamente a una sola divinidad? Es decir, al sol (Tonatiuh), o a la lluvia (Tlaloc), o al fuego (Huehueteotl). ¿Por qué no a las tres? En los códices se pueden observar a algunas divinidades portando elementos que aparecen como propios de otros “dioses”, es decir, los “dioses” comparten elementos entre si. Además, una misma divinidad puede aparecer bajo otro aspecto u otra forma, en ocasiones cambia de nombre, pero es la misma esencia.

En el interior de la Tzacualli Tonatiuh yace la cueva sagrada, a 6.5 metros bajo tierra, cuyo túnel, que comienza en la fachada principal de la pirámide, costado poniente, va en dirección hacia el oriente, con una longitud de 100 metros aproximadamente, concluyendo prácticamente en el centro de la gran pirámide y donde se encuentra un espacio compuesto por cuatro cámaras o secciones (cámara de cuatro lóbulos le llaman los arqueólogos). De esta manera, pareciera que, la parte final de la cueva tiene la forma de una flor de cuatro pétalos. Se cree que las cuatro cámaras de la cueva son un elemento materno, es decir, de génesis, que da origen o propicia la vida. Recordemos que las cuevas, en la cosmovisión antigua, simbolizan fundamentalmente dos aspectos: la entrada al Mictlan, el inframundo, y un útero materno, el espacio donde se gesta la vida, la vida de un ser, de un pueblo, de una ciudad. Recordemos la antigua Chicomoztoc (el lugar de las siete cuevas) el lugar de origen de los antiguos mexicanos. Pudiera ser, que las cuatro cámaras que conforman la cueva debajo de la Pirámide del Sol, estén representando cuatro cuevas y serían, al igual que Chicomoztoc, el lugar de origen, de gestación de la civilización teotihuacana. Al parecer, la cueva fue un centro de culto, lo que determinó, posteriormente, la construcción de la Pirámide del Sol sobre ella. Así es, primero fue la cueva, después la pirámide sobre ella. Se ha descubierto que durante la formación del núcleo de la pirámide se llevaron a cabo rituales de fundación, pues se han encontrado diferentes ofrendas de objetos simbólicos para “dar vida” a la pirámide como montaña sagrada. A lo largo de la exploración del túnel que conduce a la cueva sagrada fueron descubiertos siete entierros humanos, uno de ellos, el cráneo de un niño de entre cuatro a seis años de edad, con deformación craneana, y que se cree fue sacrificado y ofrendado como un ritual de consagración para la construcción del monumento. Todo indica que su sacrificio, junto con otros elementos y ofrendas que fueron encontradas en el camino a la cueva sagrada, formaron parte de una ceremonia para la edificación solar: un ritual de fundación.

Algunos estudiosos suponen que la cueva sagrada pudo ser utilizada como la tumba de algún gobernante o personaje significativo de la cultura teotihuacana: una tumba real. Sin embargo, no es posible determinarlo hasta el momento, ya que el túnel y la cueva sagrada fueron saqueados en la misma época prehispánica, pues se ha encontrado evidencia de los saqueos realizados. Una de estas evidencias es la destrucción de varios muros o paredes que fueron construidos para obstaculizar el camino a la cueva sagrada.

Es posible, también, que la entrada a la cueva, que se encuentra en el costado poniente de la Tzacualli, en la fachada principal y donde esta la plataforma adosada, este simbolizando la entrada del sol al Mictlan o al inframundo mesoamericano: la región de los muertos. Recordemos que, según las creencias de los antiguos mexicanos, el rumbo del poniente (cihuatlampa) era el lugar por donde el sol era “devorado” por el gran monstruo de la tierra para ser conducido a un espacio de obscuridad, frialdad y quietud: el Mictlan. No es casualidad que la entrada a la cueva se encuentre de ese lado de la Pirámide del Sol. Metafóricamente, el sol ingresa al Mictlan a librar una batalla contra las fuerzas de la noche, de la obscuridad, de la muerte; en esa batalla se gesta una nueva existencia. Si la cueva que esta en el interior de la Pirámide del Sol representa el Mictlan, el lugar de gestación, en ese tenor, cobra sentido el nombre que le dieron los mexicas a la espectacular construcción: Tonatiuh Itzacual (Encierro del Sol), es decir, el lugar donde el sol se esta gestando, entendiendo al sol como sinónimo de vida.  

Y, sin embargo, hablando del nombre que los mexicas le dieron  a la espectacular y más grande de las edificaciones de Teotihuacan, Tonatiuh Itzacual, cabe mencionar que la palabra tzacua en nahuatl significa: tapar, ocultar, cubrir, cerrar o encubrir. Cuando los mexicas llegaron a Teotihuacan, sus hombres sabios, los tlamatini, al observar la gran edificación decidieron llamarle de esa manera ¿por qué? ¿le llamaron así únicamente para indicar que se encontraba ahí enterrada, por cúmulos de tierra, la pirámide? ¿o su nombramiento tendría un sentido más metafórico, simbólico o profundo? Más allá de que el sol estuviese encerrado o gestándose en el Mictlan. ¿Qué encierra, encubre u oculta en realidad la Pirámide del Sol?

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