Aztlan y las 8 casas

26 de Octubre 2020-10-26

Por Karloz Miranda Yaoehecatl



En varias ocasiones hemos escuchado que los mexicanos proceden del norte, de un lugar de origen llamado Aztlan, pero los mexicanos o mexicas no fueron el único grupo que provino de allá, junto con ellos salieron otros grupos de los cuales quedan pocos vestigios. Veamos primero las fuentes.

Existen algunos documentos antiguos que mencionan el nombre del lugar de procedencia o de origen de los mexicanos. Este lugar se llamaba Aztlan, que quiere decir “el lugar de la blancura”[1] o “lugar entre garzas”.[2] Este lugar llamado Aztlan, del cual no se sabe con certeza en dónde se encontraba (varios sitios se disputan la paternidad del lugar de origen de los mexicanos), habría sido el territorio del cual partieron o migraron nuestros antepasados para fundar varios Altepetl (ciudades), entre ellos el famoso Altepetl de Mexihco-Tenochtitlan, el cual, a la postre, se convertiría en la ciudad de México y capital de nuestro país.

Existen un cuerpo de documentos, o conjunto de ellos, que tratan sobre este tema de nuestro origen. Estos documentos antiguos o códices contienen imágenes (pictogramas) y algunos de ellos texto en lengua nahuatl. Estos Códices o Manuscritos son: El Códice Boturini o Tira de la Peregrinación (Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Ciudad de México, México), o mejor dicho, “Tira de la Migración”, ya que no fue una peregrinación propiamente dicha sino una migración lo que realmente ocurrió. El Códice Aubin (Museo Británico, Londres, Inglaterra); el Manuscrito Mexicano No. 40 (Biblioteca Nacional de Francia, París, Francia); el Manuscrito Mexicano No. 85 (Biblioteca Nacional de Francia, París, Francia); y el Manuscrito No. 8 (Biblioteca de la Universidad de Princeton, Princeton, E.U.). Se cree que todos estos documentos tienen un origen en común: El Códice X

El Códice X[3] habría sido el documento (códice) original en el cual se apoyaron los tlacuilos (pintores) para reproducir posteriormente la historia del origen de los mexicanos. Ese códice original se encuentra extraviado, desaparecido, perdido, o probablemente destruido o quemado junto con todos los demás documentos que confiscaron y recogieron las autoridades españolas y religiosas de la época, en el siglo XVI.

“Ese “Códice X” funcionó de la misma manera que lo hizo la Crónica X, la cual sirvió de base a la obra de Tezozómoc (Crónica mexicana) y Durán. De la obra de Durán derivó el manuscrito de Tovar y de éste una parte del trabajo de Acosta… En cuanto al “Códice X”, de él proceden la Tira de la Peregrinación y el Códice Aubin. Del Aubin parece derivar cronológicamente el Ms. Mex. 40, el Ms. Mex. 85 y el Ms. Núm. 8 (Princeton, sin publicar). Este último es una copia del Ms. Núm. 85 aunque ya sólo de la parte pictográfica.”[4]

Ese Códice X habría sido un documento mucho más antiguo y que después –una vez consumada la conquista militar y cuando los españoles les pidieron a los mexicanos que les contaran su historia, y al ya no existir dicho códice–, los mexicanos que sobrevivieron a la guerra y tenían o guardaban memoria de esta historia del origen, intentaron reproducir dicho códice de la mejor manera en que ellos recordaban. De ahí que existan algunas diferencias entre dichos documentos. Por ejemplo, en el Códice Boturini (elaborado alrededor de 1530) como en el Códice Aubin (elaborado alrededor de 1576) aparece Aztlan en medio del agua o de una gran laguna, pero en el Boturini aparecen seis casas y un templo en el centro, y en al Aubin se muestran cuatro casas y una montaña en medio.

En lo que si coinciden ambos códices es en el numero de casas, familias o calpullis que van a iniciar la migración desde algún lugar del norte de México hasta llegar al centro de éste; y éstas son ocho y no siete como se mencionan en otras fuentes tales como la Crónica Mexicayotl de Fernando Alvarado Tezozómoc o la Historia de las Indias… de fray Diego Durán.[5] En ambos códices aparecen pintados no solamente el número de calpullis sino que, para el caso del Boturini, aparece también pintado el glifo que identifica a cada uno de ellos, y en el caso del Aubin, aparece en letra manuscrita el nombre de cada uno de estos ocho calpullis.

Así tenemos que, las ocho casas, familias o calpullis que inician la migración son: Matlatzinca, Tepaneca, Tlahuica (también llamados Chichimeca),[6] Malinalca, Cuitlahuaca, Xochimilca, Chalca y Huexotzinca.

¿Y qué fue de estos grupos, calpullis? ¿Dónde se establecieron y cuales fueron sus esculturas más significativas? Bueno, precisamente, el lugar en el que se establecieron es lo que dio el nombre a cada uno de estos grupos. No sabemos con certeza cuales eran sus nombres cuando salieron de Aztlan, pero sí cuales fueron los nombres que tomaron al asentarse en determinado territorio. Con los nombres que adquirieron posteriormente, se les ha ubicado en los códices que hablan del origen de los mexicanos.

 

Matlatzinca

La palabra Matlatzinca proviene del nahuatl: Matla –red-, tzin –reverencial-, y catl -gentilicio -, y significa: “los de la red” o “los que hacen redes”.

Este calpulli o grupo étnico se asentó en el valle de Toluca hasta la parte oriente del Estado de Michoacán. Poblaron regiones con áreas lacustres, de ahí que desarrollaran el uso de la red para pescar, por lo que fueron excelentes pescadores.

Se menciona que “construyeron importantes centros políticos y ceremoniales” y que integraron un señorío que dominó un extenso territorio conocido como “Valle de Matlatzinco”, actualmente el valle de Toluca.[7]

El centro ceremonial de Calixtlahuaca, anteriormente llamado Tecaxic,  ubicado en Toluca, Estado de México, es un sitio construido por la cultura Matlatzinca. Las construcciones más sobresalientes de este sitio arqueológico son la estructura conocida con el número 3, un Teocalli o Templo Circular dedicado a Ehecatl, y la estructura 17 que es todo un complejo habitacional del cual se pensaba que era un Calmecac pero actualmente se cree que fue el Palacio Real. Cuenta con 32 recintos o cuartos, pasillos interiores y escaleras de acceso a diferentes niveles.[8] Debajo del Templo circular se encontró una escultura de Ehecatl, divinidad asociada al viento, la cual se encuentra en el Museo de Antropología e Historia del Estado de México y que es muy representativa de esta zona arqueológica. De hecho, existe una replica de esta escultura en la estación del metro Panteones de la línea 2.

 

Tepaneca

Tepaneca es el gentilicio dado a las personas que son originarias de la ciudad original-mítica de Tepanohuayan  o Tepano.  El glifo que representa a esta población es una piedra por lo que se cree que la etimología de la palabra proviene de Tepan que significa “sobre las piedra”. Los tepanecas también son llamados como “el pueblo de la piedra”.[9] Llegaron a Cuenca de México a mediados del siglo XII y posteriormente fundaron la poderosa ciudad, o Altepetl, conocido como Atzcapotzalco. Esta ciudad creció militarmente y se extendió por todo el valle de México conquistando variaos señoríos o poblaciones., entre ellos la Confederación Chalca. El gobernante más destacado, y figura importante de los tepanecas, fue Tezozomoc.

No existen esculturas o piezas arqueológicas significativas de esta cultura, más que algo de cerámica, una urna funeraria y pequeñas piezas; además de un museo “arqueológico” muy humilde en Azcapotzalco llamado “Príncipe Tlaltecatzin”. Es probable que esto sea así porque la historia y la cultura de este pueblo fue borrada o fue “desapareciendo” paulatinamente del mapa porque fue una ciudad rival de los mexicas, y una vez que éstos conquistaron militarmente Azcapotzalco, es probable que sus creaciones artísticas hayan sido destruidas. También hay que decir que falta mucho trabajo arqueológico en la zona de Azcapotzalco, excavar y desenterrar, lo cual es muy difícil y complicado dado el asentamiento urbano en la zona.

 

 

 

 

Tlahuica

La cultura Tlahuica habito la zona central de México, principalmente lo que es hoy el Estado de Morelos. Su lengua tlahuica también es conocida como ocuilteco o atzinca; una de las variantes de esta lengua es conocida como matlatzinca. Esta cultura se desarrolló en el periodo posclásico (1100-1521 d.c.). Las ciudades antiguas más grandes pertenecientes a esta cultura fueron Cuauhnahuac (Cuernavaca) y Huaxtepec (Oaxtepec). A los tlahuicas también se les conoce como ocuiltecos.

Los centros ceremoniales más representativos y significativos de esta cultura son Teopanzolco y Coatetelco, se mencionan también los sitios de el Tepozteco y Xochicalco,[10] aunque éstos últimos probablemente hayan sido lugares posteriores de asentamiento de la cultura Tlahuica y no que ésta los haya construido.

Sobre los orígenes de los Tlahuicas existen dos versiones. Una refiere a la migración, y se menciona que los Mexicas y Colhuas llegaron a Tula en 1168 y que posteriormente se separaron. Los Colhuas nahuas fundaron Colhuacan y Xochimilco alrededor del año de 1188; una rama de este grupo colhua fue a poblar Malinalco y Ocuilan que a la postre, se convertiría en la cultura Tlahuica. La otra versión del origen menciona que son descendientes del grupo matlatzinca del Estado de Guerrero, del cual salieron para establecerse en el actual territorio de Ocuilan de Artega.[11]

Se dice que los famosos tacos de canasta, con tortillas calentadas al vapor, “tacos sudados”,  tienen su origen en la cultura Tlahuica.[12]

Pocas son también las esculturas de la cultura Tlahuica. Sobresale una figura femenina llamada Cuauhtlitzin ubicada en el templo de Coatetelco.

 

Malinalca

Esta cultura se estableció en el valle de Malinalco, actualmente en el Estado de México, al sur de la ciudad de Toluca. Malinalco significa “el lugar de Malinalli” y Malinalli es el nombre de una hierba, una planta típica de la región que algunos llaman: zacate, carbonero o enredadera. Malinalli también es una derivación del nombre de una figura mítica llamada Malinalxochitl, aquella mujer que, abandonada por su hermano, guío a su pueblo hasta esta región para allí establecer su señorío.

El centro ceremonial de Malinalco es único en su genero, pues a diferencia de otras zonas arqueológicas, éste se encuentra construido y tallado sobre la misma piedra de la montaña. Es decir, no colocaron piedra sobre piedra, sino que la misma montaña fue tallada para darle la forma a los recintos ceremoniales.

Esta región estuvo ocupada por los matlatzincas, por grupos culhuacanos y por ocuiltecos. Se sabe que la zona tuvo una influencia teotihuacana muy importante. Posteriormente, los matlatzincas de esta región de Malinalco (o malinalcas) fueron conquistados militarmente por los mexicas en el año de1476. Es bajo el poderío del señor Ahuizotl de Tenochtitlan que se construye el centro ceremonial y los teocalli (templos) en la cima de la montaña de Malinalco.

De la cultura Malinalca sobresale la construcción del recinto dedicado a los guerreros aguila y los guerreros jaguar, en el cual, se dice, hacían meditaciones y ayunos prolongados. La tradición oral del lugar menciona que estos guerreros se transformaban en “bolas de fuego” y volaban al cerro de enfrente, esa era la última prueba final de los guerreros: levitar.

También significativa es la escultura hallada en el sitio dedicada a Ehecatl, la divinidad del Viento.

 

Cuitlahuaca

Esta cultura se estableció en lo que hoy conocemos como la delegación Tlahuac en la ciudad de México. Antiguamente esta región se conocía precisamente con el nombre de Cuitlahuac, el lugar donde se establecieron los cuitlahuacas; situándose en un islote entre  las orillas de dos lagos: el lago de Chalco y el de Xochimilco. Los primeros pobladores cuitlahuacas llegaron a esta región alrededor del año de 1222.[13] Cuitlahuac significa “lugar de algas secas”, “cuitlatl” era una especie de planta (alga spirulina) que segregaban los lagos la cual era recolectada por los lugareños para desecarla y consumirla como alimento.[14]

“La fundación de Cuitláhuac ocurrió en el año 3 conejo (1222), de acuerdo con los Anales de Cuautitlán. Los fundadores fueron Cuauhtlotlin Tecuhtli, Huitzin, Tlicoatzin, Chalchiuhtzin y Chahuaquetzin, señores chichimecas que establecieron el centro del altépetl en el barrio que llamaron Tizic.”[15]

Cuitlahuac pasó a formar parte del señorío mexica y tributario de éstos cuando los mexicas-tenochcas se extendieron política y militarmente por todo el valle de México.

Los hallazgos arqueológicos mas significativos de la región cuitlahuaca son cinco braseros ceremoniales que se encontraron en campos de cultivo de San Pedro Tlahuac en 1995. Estos braceros son representaciones de Chicomecoatl, Tonacatecuhtli, Tonacacihuatl, Tlaloc y Chalchiuhtlicue. Actualmente se encuentran exhibidos en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia.

 

Xochimilca

Xochimilco significa “en la milpa (tierra/campo cultivado) de flores” o “lugar de sementeras de flores”. Los migrantes chichimecas llegaron a esta zona alrededor del siglo X, estableciéndose los xochimilcas en la ribera sur de los lagos del Anahuac. Su principal asentamiento fue en el cerro llamado Cuahilama, expandiéndose posteriormente por toda la región sur-oriental del valle de México. Fue la cultura xochimilca quien inventó el sistema de chinampas, tierras de cultivo flotantes.

El señorío de Xochimilco fue conquistado militarmente tres veces por los ejércitos mexicas. En 1323 cuando los mexicas servían al señorío de Culhuacan. En 1376 cuando los mexicas estaban bajo el mando de los tepanecas de Azcapotzalco. Y posteriormente alrededor del año de 1430 cuando los mexicas ya eran independientes y gobernaban y señoreaban todo el valle de México.

Las representaciones arqueológicas mas significativas de la cultura xochimilca, que son pocas, se pueden encontrar en el cerro Cuahilama, como son los petroglifos, figuras talladas en piedra.

 

Chalcas

Los chalcas crearon una confederación, alianza de varios señoríos de la región, conformada por los pueblos de Tlalmanalco, Amaquemecan (Amecameca), Chimalhuacan y Tenango. A esta alianza de señoríos chalacas se le conoce como Confederación Chalca o Chalcayotl. Comparten con los demás grupos de lengua nahuatl del valle de México, la migración mítica desde Aztlan, así como la misma cosmovisión y el panteón (conjunto de divinidades) mesoamericanos.

No existen propiamente vestigios importantes y significativos de la cultura chalca. En la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología puede verse una piedra tallada conocida con el nombre de: “Disco de Chalco”.

 

Concluyendo

No sabemos en realidad cuales sean las razones principales por las cuales no existan vestigios arqueológicos significativos de varias de estas culturas que provinieron de la mítica ciudad de Aztlan. Pero podemos deducir dos factores a considerar. Uno, que no se ha hecho el suficiente trabajo arqueológico en cada una de estas zonas, en las cuales se asentaron estos grupos considerados de origen migratorio chichimeca. Y dos, el hecho de que algunos de estos señoríos, al ser enemigos de los mexicas, una vez conquistados militarmente, su historia y sus esculturas principalmente, hayan sido destruidas por éstos últimos; como habría sucedido con los tepanecas de Azcapotzalco.[16]

Si los lectores saben o conocen de alguna escultura significativa, relevante, de alguna de las culturas aquí mencionadas, mucho les agradeceremos nos lo hagan saber.

Por último, cabe señalar, que aunque algunas fuentes escritas mencionan que fueron siete “tribus” las que salieron de Aztlan, y los códices mencionados indican que fueron ocho los calpullis que partieron de la mítica ciudad, lo más probable es que (si la historia de la migración de grupos provenientes del norte es real, como tal parece, no tanto así la existencia de Aztlan)[17] hayan sido en realidad más grupos étnicos migratorios que los que se mencionan en las fuentes, pues hace falta mencionar, por ejemplo, a otros grupos como los tlaxcaltecas, los culhuacanos y los tetzcocanos que también atribuyen su origen a una migración chichimeca procedente del norte. [18]

Instamos al gobierno federal para que apoye al INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) para que realice más excavaciones, trabajo arqueológico, en las zonas o en los sitios ocupados por estas culturas.



[1] María Castañeda de la Paz, “La Tira de la Peregrinación y la ascendencia chichimeca de los tenochca”, Estudios de Cultura Nahuatl, Vol. 38, UNAM, México, 2007, p. 186

[2] Federico Navarrete, Los orígenes de los pueblos indígenas del valle de México. Los altepetl y sus historias, IIH, UNAM, México, 2011, p. 104

[3] Véase: María Castañeda de la Paz, “El Códice X o los anales del grupo de la Tira de la Peregrinación. Evolución pictográfica y problemas en su análisis interpretativo”, Journal de la société des américanistes, 2005, y, “La Tira de la Peregrinación y la ascendencia chichimeca de los tenochca”, Estudios de Cultura Nahuatl, Vol. 38, UNAM, México, 2007, pp. 183-212

[4] María Castañeda de la Paz, “La Tira de la Peregrinación y la ascendencia chichimeca de los tenochca”, Estudios de Cultura Nahuatl, Vol. 38, UNAM, México, 2007, p. 183

[5] “Amigos nuestros, les dijo a los mexicanos, por eso vinimos, salgamos ya de Aztlan, nuestra morada…de allá del mencionado lugar llamado Quinehuayan, la cueva, Chicomoztoc, fue de donde salieron los siete calpulli de los mexicanos”, Fernando Alvarado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl, México, UNAM, p. 16; “Salieron, pues, siete tribus de gentes de aquellas siete cuevas donde habitaban, para venir a buscar esta tierra, a las cuales llamaban Chicomóztoc”, Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra Firme, México, Editorial Porrúa, p. 19 

[6] Patrick Johansson, “Análisis estructural del ideograma gentilicio de los aztecas en el Códice Boturini”, Estudios Mesoamericanos, Núm. 2 (2000), UNAM, México, p. 67

[15] Idem

[17] Sobre el cuestionamiento de la existencia real de Aztlan véase: Federico Navarrete, “Las fuentes indígenas más allá de la dicotomía entre historia y mito”, Estudios de Cultura Nahuatl, Vol. 30, UNAM, México, 1999, pp. 231-256

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