La Abeja Melipona

28 de Septiembre 2020-09-28

Por Karloz Miranda Yaoehecatl



La dama real, la señora abeja, la señora miel. Testimonio vivo de una cultura milenaria, la sobreviviente a las adversidades, al tiempo, al olvido. Símbolo de persistencia, de lucha, de tenacidad. Ella es, su majestad, la reina: la abeja maya.

Si alguien a luchado contra los peligros de la extinción, por mantenerse con vida, desde hace miles de años, esa es la abeja maya, conocida también como abeja melipona, por su nombre científico (Melipona beecheii). Este genero de abejas se caracterizan por no tener aguijón ni veneno, a diferencia de las abejas europeas. La melipona es una abeja propia, nativa, del continente americano y se desarrolló en la Península de Yucatán, en la región maya, principalmente en el Estado de Quintana Roo y específicamente en Tulum, cuna de las abejas mayas.

Desde que los europeos llegaron a este continente, trajeron consigo –además de su cultura, religión, creencias y costumbres–, varias especies de animales. Muchos de estos animales, principalmente el ganado, alteraron y modificaron el equilibrio natural del ecosistema mexicano y de las tierras de cultivo. Varios animales, insectos y plantas propios de México desaparecieron, se extinguieron, debido a esa alteración (además de la cacería, el deporte del hombre europeo). Tales fueron los casos, por ejemplo, del Techichi, Itzcuintepozotli, la foca monge, el pájaro carpintero imperial, etc.

La abeja maya, la dama real, también estuvo a punto de desaparecer. Cuando los europeos introdujeron la abeja del tipo Apis Mellifera, la que tiene aguijón (las que pican), éstas se adaptaron rápidamente al ambiente mexicano, desarrollándose y extendiéndose por todo el territorio nacional. Sin embargo, de manera contraproducente, desplazaron a las abejas nativas, el desarrollo y la crianza de las abejas mayas se vino abajo. Así que, fueron las comunidades indígenas de la región maya las únicas que continuaron la crianza de esta abeja, conservando una tradición milenaria, y,  a la vez, como un acto de resistencia cultural.

La abeja melipona fue venerada por la cultura maya, ya que fue una fuente importante de energía, alimento y para usos rituales y medicinales. Según los arqueólogos y estudiosos del tema, se han descubierto indicios de esta veneración en glifos, esculturas, calendarios y códices, como en el Códice Tro-Cortesiano o Códice de Madrid, en el que se muestra el conocimiento que los mayas tenían sobre esta abeja.  Ah Muzen Kaab, la divinidad maya de las abejas, aparece también tallado en piedra.  Se menciona que en la escultura del “Dios descendente maya de Tulum”, éste tiene entre sus manos la miel de estas abejas. En el calendario maya, la abeja es una de las energías o divinidades que acompaña a uno de los días (Kib o Ajmaquen), llamada Xunan Kab (en maya Xunan, señora o dama; Kab, abeja o miel), por lo que Xunan Kab se traduce como: señora abeja, señora miel, y también algunos estudiosos la traducen como: dama real. Al parecer, la presencia de esta abeja en la región es mucho más antigua –tal vez milenaria– que la propia cultura maya.

Actualmente, la abeja melipona es parte importante del ecosistema y reproducción de la selva del sureste mexicano. Su presencia mantiene un equilibrio ecológico en la zona. La abeja maya, a diferencia de las abejas europeas, mantiene su colmena en el mismo lugar, es decir, no se muda. No es agresiva. Es resistente a parásitos y enfermedades.

Todavía hasta el año de 1970 se conocían alrededor de 6 ceremonias dedicadas a las abejas mayas por los habitantes de la región. Actualmente, en la Peninsula de Yucatan, existen comunidades, pueblos y aldeas que intentan mantener vivas sus tradiciones, sus costumbres, su cosmovisión. Estas comunidades, en situación de pobreza, herederos de la cultura maya y guardianes de la selva, luchan por mantener y preservar su identidad cultural e histórica y con ello a la abeja maya.

La Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo ha incorporado a su plan de estudios la materia de meliponicultura para formar y educar en este tema a los jóvenes y estudiantes de la región.

Así que, si alguna vez llega a ti la miel producida por las abejas mayas o abejas meliponas, o productos derivados de esta miel, no dudes en adquirirlos, estarás ayudando a los productores indígenas de la región maya que mucho han hecho por criar y mantener viva a esta hermosa especie, estarás ayudando a la supervivencia, justo, de la abeja maya, pero sobre todo, estarás contribuyendo a mantener viva una tradición milenaria: la relación entre el hombre con la dama real.

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